Se hace presente la tecnología biométrica
El reconocimiento facial ya se está extendiendo por Japón, Suecia y Estados Unidos. Una medida securitaria que atenta contra los derechos fundamentales y la privacidad.
Entusiastas de los deportes que vayáis a Tokio para los Juegos Olímpicos de 2020, tened cuidado: Japón quiere instalar cientos de miles de cámaras de reconocimiento facial para identificar a todo el mundo presente. El software, usado inicialmente cuando Tokio albergó los juegos paraolímpicos en 2018, tiene la intención de eliminar, en tiempo real, a la gente sospechosa de ser terroristas potenciales y a cualquiera con antecedentes delictivos o una situación de inmigración cuestionable.

Sí, suena como una reencarnación del Gran Hermano del siglo XXI, pero el software de reconocimiento facial ha estado en desarrollo desde los 60 y ahora es omnipresente. La tecnología cartografía los rasgos faciales de un individuo usando algoritmos matemáticos. Una vez almacenadas, estas imágenes, llamadas “huellas faciales”, pueden utilizarse para verificar la identidad de una persona. Se puede tomar las fotos utilizando drones así como cámaras más convencionales, desde una distancia de alrededor de 15 metros, lo que recibe críticas por poder tener un impacto aterrador en las protestas, asambleas y discursos públicos, ya que la gente que es grabada normalmente no tiene ni idea de que esto está ocurriendo.
Fuente: Diario El Salto
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