La disrupción digital y la innovación
Vivimos en una era de constante discontinuidad, donde las nuevas tendencias se convierten en la nueva norma, de manera más acelerada.
Desde principios de siglo, la humanidad experimenta cambios disruptivos que han golpeado a economías completas, a todas y cada industria. Sacuden a muchas empresas desde el núcleo mismo, llevándolas al grado de extinción.
Al tratar de cubrir las necesidades de una manera más innovadora, la disrupción tecnológica es parte de nuestro día a día. Desde la Revolución Industrial, vemos cambios increíbles en sectores como el transporte, la manufactura o la impresión, por citar a algunos.
En la actualidad, se habla constantemente sobre la Cuarta Revolución Industrial. La comparan con las anteriores, por los impactos tan radicales que se esperan en ella. Sin embargo, su diferencia más marcada con los casos previos es la velocidad y profundidad de los cambios previsibles. Como ejemplo de lo anterior y de la globalización tecnológica, el tiempo en que algunas empresas obtienen participación de mercado, parecería irreal hace apenas unos años. A Facebook le tomó 3.5 años obtener 50 millones de usuarios, a WhatsApp le llevó 15 meses y a Angry Birds tan sólo 15 días. Las reglas están cambiando y cada vez lo hacen con mayor rapidez.
La disrupción tecnológica e innovación comenzaron como tendencias que al principio algunos consideraban una moda, pero que se han mantenido como una fuerza global. La tecnología se ha vuelto una variable importante en nuestra vida diaria. Se ha convertido en una necesidad, cuando antes era un lujo. Tanto así, que prácticamente se debería considerar como parte de la canasta básica. Huevos, tortillas, frijoles y tecnología.
La tecnología es un elemento de necesidad básica para las empresas, porque son herramientas que permiten hacer innovación y crear, pero también para las personas porque al incrementarse la brecha tecnológica, también se aumenta la desigualdad social y el acceso a las oportunidades.
El factor común que todas estas industrias han tenido para ser transformadas es la tecnología per se, aunque ésta por sí misma, no puede innovar (por ahora) y el motor creativo e innovador es sin duda el factor humano.
En estos tiempos donde requerimos de esa colaboración entre usuarios, prestadores de servicios, inversionistas y cualquier persona que quiera marcar una diferencia, iniciativas, como el Hackathon Talento CDMX, se vuelven una plataforma ideal, donde nos reunimos todos con el mismo objetivo: encontrar soluciones creativas a problemas comunes.
Oracle de México y GINgroup, en conjunto con el gobierno de la CDMX, se han dado a la tarea de buscar empresas que quieran aportar para la sociedad. Fomentar la creatividad y la innovación en las personas para poder lograr resolver problemas que vivimos diariamente aquellos que aquí vivimos y compartimos.
Fuente: EL ECONOMISTA
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